La historia de las tarjetas de visita podría remontarse al siglo XV, donde aparecen los primeros registros en China y más tarde en Europa en el siglo XVII.
Inicialmente eran utilizadas por la aristocracia, con sus nombres inscritos en ellas y entregadas a sus sirvientes para que a su vez las enviaran a otros aristócratas para anunciar una visita o arreglar una cita, ya que no era apropiado aparecer sin previo aviso.
A su vez estos responderían enviando a sus propios sirvientes con su tarjeta de visita para confirmar la cita para la visita.
Poco a poco dejarían de ser un artículo solo para aristócratas y pasaría a tener la función actual de herramienta profesional o publicitaria.